Por Amanda Grossman-Scott
Traducido por Luis Antonio Mayen Castellanos
La primera vez que tuve una conversación sobre sexo con mi hijo mayor, probablemente le di demasiada información. Todo comenzó cuando asistí a una proyección para padres de la película que muestran a chicas de cuarto grado sobre la menstruación. La enfermera que presentó la película dijo muchas cosas, pero lo que realmente me llamó la atención fue esto: los niños confían en la fuente de información que escuchan de primero. Si al principio dudaba de esto, era creyente al final de su charla. Señaló la forma cómica en que los niños pueden estar completamente convencidos de algo simplemente porque un amigo les ha dicho que es así o porque en su experiencia limitada, así son las cosas.
La gran charla
Mi hijo tenía seis años y recuerdo haber pensado: “Dios mío, ¿y si llego demasiado tarde?” Esa misma noche fui a casa e imprimí un diagrama anatómico de un niño, preparé notas … para hablar con mi hijo de seis años. La noche siguiente le mostré el diagrama y le pregunté si sabía qué era el sexo. Me miró y dijo con orgullo: “¡Tengo 6 años mamá!” Está bien … ¿tal vez empezamos con vocabulario? Nombré las partes del cuerpo, las diferencias entre niños y niñas, expliqué lo que significan las palabras como “sexo”, “esperma” y “huevo”, y contacto físico positivo y negativo. Su respuesta fue un ceño fruncido y algunos gestos de incomodidad. Pasé difícilmente el tema del sexo. Después de unos diez minutos, preguntó si podía ir a jugar. Así que la “gran charla” terminó, ¿verdad? Ni siquiera estuve cerca.
A qué edad comenzar a hablar del tema
He oído que hablar con un niño a los seis años es demasiado joven como para abordar el tema del sexo. Pero creo que estas conversaciones deberían comenzar tan pronto como un niño pueda comunicarse. Cuando lo bañamos, le enseñamos el término correcto para su pene y otras partes del cuerpo. Cuando estaba embarazada de su hermana, él se preguntaba cómo mi cuerpo cambió así.
Cuando su hermana llegó a casa del hospital con diferentes “partes privadas” que las suyas. Estas son grandes oportunidades que utilizamos para enseñar actitudes saludables sobre el sexo y la imagen corporal. Los padres nunca deben omitir una oportunidad de enseñanza: es un buen momento para responder preguntas y tener una comunicación honesta y apropiada para su edad con los niños.
Seguir hablando
Aproximadamente un año después de la “gran charla”, mi hijo preguntó sobre sexo después de escuchar a un niño en la escuela mencionar la palabra “sexo”. Me había estado intentando creer que mi hijo estaba bien informado hasta este momento. Mi objetivo era perder el tiempo. Le pregunté si podía esperar hasta que papá llegara a casa para que todos pudiéramos conversar juntos. No le importaba.
Esa noche, todos nos sentamos juntos. Mi esposo y yo le explicamos las relaciones sexuales usando la terminología correcta y nunca diciendo “Mamá y papá hacen esto …” porque sentimos que deberíamos mantenerlo más abstracto: “el pene entra dentro de la vagina”, etc. (Tampoco lo hicimos, para no poner alguna imagen en su cabeza de mami y papi, ¡Rayos!).
Y hablando…
Después de esa noche, decidí que quería estar más preparada para futuras conversaciones. Tengo un libro para niños sobre sexo y sexualidad. Ahora, cuando es hora de hablar con mis hijos o hacer preguntas, utilizo “el libro”. ¡Es bueno tener una ayuda visual y está mucho más a su nivel que mi diagrama anatómico original! Hemos tenido innumerables conversaciones (breves y largas) desde esa noche y siempre aprovechamos la oportunidad para revisar y asegurarnos de que nuestros hijos entiendan cosas que hemos visto en el pasado, tales como: formas apropiadas de mostrar afecto, contactos físicos positivos y negativos, higiene adecuada, de qué está bien hablar con amigos, etc.
A medida que crecen, abordamos nuevos temas, como la forma en que cambian sus cuerpos, los hábitos alimenticios y de aseo, la forma en que se sienten acerca de sí mismos y de los demás, la pornografía y los problemas de privacidad. En todo momento tratamos de mostrar respeto por el tema y por los sentimientos de nuestros hijos. Si quieres que tu hijo sepa que respetas su opinión, ¡pídela! Lo hará sentir empoderado e independiente.
¿Dónde puedes encontrar todas las respuestas correctas?
El hecho es que no hay una sola fuente que te diga exactamente qué decir o cómo responder perfectamente a cada pregunta que tu hijo pueda tener. Pero puedo decirte esto: cuanto más hablamos de sexualidad, más cómodos podemos estar hablando de sexualidad con nuestros hijos. Algunos niños están mucho más abiertos a hablar sobre eso que otros. En otras situaciones, es posible que tengas que forzar la alimentación de la información que consideres necesaria, antes de que se escapen gritando con las manos sobre los oídos.
¡Pero no dejes de intentarlo! No siempre lo dirás correctamente, esto está garantizado. Pero alimenta la curiosidad que tienen y hazles saber que el sexo y la sexualidad son partes naturales, hermosas y normales de la vida y deben ser tratados con respeto.
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